miércoles, 16 de marzo de 2011

Las decoraciones son como los culos

Estoy en el apartamento de mi hermana en Utrecht. Lleva viviendo aquí pocos meses y el piso ya parece uno de los que salen en The Selby, con ese aire mezcla de chic descuidado, estilo heredado y modernidad intelectual. Un sofá de Ikea por aquí, unas fotos viejas desordenadas por allá, unas manzanas medio podridas en una frutero chungo y... voilà!, pedazo de decoración de revista moderna, rollo Apartamento
En cambio yo, por mucho que me esfuerce (y lo hago, o eso creo), sólo consigo que los rincones de mi casa (que es más grande, y más cara y tiene terraza y todo más) acaben pareciendo zahurdas de semilujo horterilla. El horroroso portátil Dell de mi hermana, sobre una mesa de dos pesetas es pura elegancia y serenidad hogareña. En cambio, mi MacBook blanquísimo, en su mesa de malla metálica, bajo un poster enmarcado de 'Where the wild things are' descuidadosaestratégicamente colocado, es una cutrez y un quiero y no puedo y una risa. ¿Esto de la decoración es como la elegancia, como el sexy, como el culo bonito? ¿O lo tienes de nacimiento o no lo tienes? 

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